De entrada creo que vale la pena mencionar que escribió 14 encíclicas, bueno, trece encíclicas y una epístola. Quien sepa de estas cosas me podrá mandar un mensaje con la diferencia... digamos que hay 14 escritos que son los más importantes de su pontificado.
Quise empezar por el último y me he llevado una sorpresa, porque habla justamente sobre la Eucaristía, y me habla de ella en un momento en que para mi vida espiritual francamente no ha tenido la relevancia y la gran importancia que debería tener, así que me sumerjo en el misterio de ver qué es lo que Dios quiere enseñarme esta noche a través de este prodigioso escrito, subrayaré las ideas que me parezcan más importantes y pues, veamos con que maravillas nos encontramos:
La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: « He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo »; en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza.
Con razón ha proclamado el Concilio Vaticano II que el Sacrificio eucarístico es « fuente y cima de toda la vida cristiana ». « La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo ». Por tanto la mirada de la Iglesia se dirige continuamente a su Señor, presente en el Sacramento del altar, en el cual descubre la plena manifestación de su inmenso amor.
Bien... llevo dos párrafos y ya me siento suficientemente vapuleado: primero, si la Iglesia vive de la Eucaristía, debería comprender que mi alma católica vive de ella, me pregunto ¿cómo pensaba sobrevivir los cuarenta años de vida que espero me sigan sin acercarme a Cristo Eucaristía?....
La segunda y mas fuerte, cuántas veces he reprochado a Dios no estar conmigo, y ahora me pregunto, ¿cuántas veces me he acercado para que esté conmigo?, El cumple su palabra y está presente y me acompaña todos los días hasta el fin del mundo... ahí, en el Pan del Cielo, en la Sagrada Eucaristía; probablemente sea una idea inteligente acercarme a la misa, confesarme para poder, dignamente, recibir a Cristo, que seguramente está ansioso de que se pueda cumplir completamente su promesa... Tal vez así mi espíritu católico POR FIN VIVA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario