Es conveniente cultivar en el ánimo el deseo constante del Sacramento eucarístico. De aquí ha nacido la práctica de la « comunión espiritual », felizmente difundida desde hace siglos en la Iglesia y recomendada por Santos maestros de vida espiritual. Santa Teresa de Jesús escribió: « Cuando [...] no comulgáredes y oyéredes misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho [...], que es mucho lo que se imprime el amor ansí deste Señor ».
Gracias Sergio, definitivamente nosotros muchas veces no valoramos la importancia de unirnos espiritualmente en el banquete de nuestro Señor, es tan misericordioso que nos da la oportunidad de amarle aun cuando le hemos fallado; y, ¡no nos culpa! ¡Nos espera con los brazos abiertos!.
ResponderEliminar¡Gracias por tu comentario Cookie!, es muy cierto, no sabemos valorar, habrá que pedir la gracia para hacerlo. Un abrazo
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